Por Elizabeth Montero Álvarez
Soy hija de un maestro de primaria, jubilado ya como supervisor. Crecí en una comunidad rural donde vivían mis abuelos y mi padre daba clase. De niña me gustaba ver el ballet en la televisión y en los comerciales corría a mi cuarto a hacer algún paso que había visto, desee ser bailarina pero no pudo ser. También quise ser maestra después deseaba hacer felices a los niños. Al término de mi primaria vine a vivir a la capital de mi estado pero ya no hice el intento por seguir mis sueños pues había leído en un libro que se debía empezar más pequeña. Cuando me enteré de la apertura de la Licenciatura en Educación Artística supe que eso era lo que yo quería hacer, así que tras cuatro años de estudios egresé en el año de 1994. Esta carrera tiene por objetivo formar docentes para atender a los niños y jóvenes de los diferentes niveles educativos en el área de la educación artística. Dentro del mapa curricular se encuentran las materias pedagógicas, sin embargo la mayoría son prácticas y de ellas un gran número corresponden a danza y de estas una gran parte es folklore. Otro punto a destacar es que los grupos participan constantemente en eventos culturales o en grupos del Gobierno del Estado lo que distrae demasiado a los estudiantes. Durante este período formé parte del Ballet Folklórico del H. Ayuntamiento. Durante el curso de los cuatro años de la carrera todo es maravilloso, porque la mayoría de los alumnos amamos el espectáculo, pero al momento de enfrentarnos al grupo surgen los problemas por la falta de herramientas didácticas adecuadas para guiar a nuestros alumnos, en los distintos niveles educativos (es muy diferente trabajar con niños de preescolar que de bachillerato).
Realicé mis prácticas en Primaria, el servicio social en Secundaria y una suplencia también en secundaria. No se pudo concretar plaza alguna y en 1995 surgió la oportunidad de trabajar como promotora en el Departamento de Cultura de la misma Institución. Al principio no tenía mayor responsabilidad, pero al paso del tiempo se fueran dando ciertas situaciones que me dejaron con el trabajo de los dos promotoras que éramos y hasta del jefe de departamento. En esta área se da servicio a la comunidad, así como a los alumnos de las escuelas Preparatoria, Normal Preescolar, Normal Primaria, Normal Superior, Educación Artística, Ciencias de la Comunicación, Trabajo social, Turismo, Mercadotecnia y Gastronomía.
Durante mi ejercicio en el Departamento de Cultura coordiné por cuatro años el Curso de Verano para Hijos de Trabajadores, en el 2002 fui comisionada para coordinar la incipiente Compañía Estudiantil de Teatro, en el 2005 la institución firmó un convenio con la UNAM del cual soy la responsable en cuanto a cultura se refiere, después nos turnaron dos maestros con los que se puso en marcha unos talleres de guitarra, en el 2007 se creó un Orfeón, en el 2008 se una Estudiantina; al dejar el Curso de Verano al Sindicato (del cual fui Secretaría de promoción, social, cultural y deportiva) reactivé los talleres de verano para adolecentes y adultos; además de esto se tienen otros programas como los de espectáculos de diversos perfiles, la competitividad y creatividad a través de diversos concursos (tradicionales o artísticos), etc. Estas actividades se realizan para la comunidad en general pero nuestra materia prima son los alumnos, con los que siempre estamos en contacto, así como con los docentes que son comisionados a servirse de algunas de las actividades (sobre todo los concursos). También soy auditora en formación dentro del programa de gestión de la calidad.
De 2007 a 2009 estudié la Maestría en Artes que me ha servido mucho dentro de la poca práctica docente que poseo.
En 2008 fui invitada por el director de la escuela preparatoria para suplir a una maestra de educación artística, lo cual acepté de inmediato (no sin un poco de miedo ya que fue de un día para otro y obviamente no conocía el plan de estudios y no tenía ninguna idea de lo que podía esperar). Hacía ya casi 10 años, cuando el director era secretario de una escuela, se había comprometido a invitarme a trabajar como docente con él.
En el texto de José Esteve casi me sentí identificada con el primer día de trabajo: como si hubiera pasado un umbral sin saber que me deparaba del otro lado. Ese día platiqué con mis alumnos y les pedí que en media cuartilla me relataran lo que habían aprendido y hecho en el último semestre, fue una actividad que me alimentó bastante y que me sirvió de pauta para iniciar mi trabajo. Además, en ese momento tuve que atenerme a las indicaciones de la maestra, ya que solo la iba a suplir por unas semanas. El la clase de pintura, la rutina de la maestra era que en la primera sesión de la semana los alumnos exponía unos temas dados por equipo, al finalizar, cada equipo hacía preguntas a los demás alumnos, yo abría y cerraba la sesión y comentaba los temas que los alumnos exponían. En la segunda sesión se trabajaba de manera práctica, realizando trabajos con pastel. En la clase de música, los alumnos exponían los temas dados, de la misma forma que en pintura, y ellos mismos hacían preguntas. Esta clase la enriquecí con la proyección de videos de acuerdo a los temas dados, lo que animó a mis alumnos. En la clase de teatro se llevaba un manual encaminado al análisis de una obra y a la producción teatral, por lo que la clase transcurría en la lectura y explicación de la lección, así como en la resolución de los ejercicios. Más adelante la clase se volvió un poco más práctica al hacerlos realizar ejercicios. Otro recurso que empecé a trabajar es la apreciación a través de la visita a eventos musicales, teatrales y exposiciones para registrarlos, por escrito, a través de su percepción y aplicando lo aprendido en el aula. Durante el semestre, la maestra regresó, se volvió a incapacitar y volvió a regresar.
El semestre siguiente pidió su liquidación y me llamaron de nuevo. Actualmente tengo un grupo de primer semestre (Creatividad y sensibilidad artística, en danza), donde ya se está aplicando la reforma, y dos del programa en liquidación (Actividades artísticas y culturales -música y plástica-) donde ahora estoy tratando de hacer un poco más digerible ya que no hay textos de apoyo dirigidos a los programas que tenemos (anteriormente se utilizaban los de la preparatoria abierta pero son demasiado densos).
Además de seguir el programa, se nos designa la participación en otras actividades que competen a toda la institución como son el montaje de alguna presentación para el aniversario de nuestro colegio, participación de los jóvenes en concursos institucionales tradicionales, la semana cultural, etc.
A partir de este semestre he pedido a mis alumnos que trabajen con la página web de muestra institución, el facebook del Departamento de Cultura y con un blog de la asignatura donde pondré a su disposición links, actividades y otros materiales para complementar la falta de recursos didácticos.
Una de las maestras, que ya concluyó la especialidad y que también estudió la licenciatura y la maestría en artes, me ha apoyado mucho con cualquier duda e incluso con materiales para mi desempeño, así como con su experiencia en el trato de los muchachos.
Ante la necesidad de ingresar a sistema por competencias, el director del plantel previó que los maestros de arte debíamos trabajar en un mismo horario por lo que después de mí ingresó otro maestro y junto con la que solo laboraba en la tarde ahora somos cinco que estaremos atendiendo a los alumnos en la mañana y en la tarde. A través de un taller para la reforma curricular de nuestra institución, los docentes de esta área hemos coincidido que ante la falta de infraestructura y recursos, seguiremos trabajando la historia del arte de nuestra disciplina pero con visos de taller aplicando la parte práctica, esto en las dos horas semanales con las que contamos, que en esta ocasión serán aplicadas en un solo día.
Claro que el reto es grande ya que los grupos son de 50 alumnos en la mañana y de 40 en la tarde. Estamos invitando a los alumnos a unirse a los grupos estudiantiles del Departamento de Cultura y afinando detalles para ver de qué forma podemos integrarlos a los talleres, esto será una pequeña pero necesaria descarga.
Ahora con un plan de estudios por competencia padecemos aún más la falta de infraestructura y tecnología, ya que para implementar el desarrollo de las competencias esto es necesario.
Creo que ser profesor en una actividad delicada que requiere de profesionales para guiar a los jóvenes que se encuentran en una etapa de transición, por lo que es bueno que ya se cuente con la especialización para brindar adecuadamente este servicio a nuestra ciudadanía (no me atrevo a felicitar a las autoridades por que ya se habían tardado demasiado).
Para mí ser docente ha significado la satisfacción de poner en práctica lo que por mucho tiempo estuvo dormido hasta cierto punto, así como ir descubriendo nuevas estrategias didácticas para el mejor aprovechamiento de mis alumnos, el descubrir la respuesta positiva de los jóvenes que son tocados por la sensibilidad artística y el hacerles ver que esta área complementa su formación personal y profesional.
Durante el poco tiempo que llevo frente a grupo me siento satisfecha de ver a mis alumnos continuar su vida estudiantil y sobre todo con aquellos que después de ir mal han levantado el vuelo y cambiado de actitud. Realmente la materia no es difícil, pero muchos creen que aunque no hagan nada (pero nada, nada) tendrán una nota aprobatoria y es por ello que se dan el lujo de reprobar más de las tres materias permitidas para tener derecho a presentar sus extraordinarios, en este caso es triste ver que los jóvenes tienen que perder un año de su vida para recuperarse y a veces al tratar de integrarlos al trabajo esto no se logra.
En cuanto al lado negativo, creo que de manera general nuestro sistema educativo tiene muchas fallas, ya que no hay un seguimiento de nuestros niños y jóvenes, y por ello muchos no llegan siquiera al nivel medio superior. Dentro de nuestra institución se han hecho intentos pero hasta ahora no se ha concretado el seguimiento del alumno, como se comporta académicamente, que seguimiento se da a los problemas particulares que arrastre, etc. Otra insatisfacción es la falta de infraestructura adecuada para la realización de la labor docente, solo se cuentan con dos cañones para 13 grupos y las aulas no son adecuadas para la proyección, en cuanto a la práctica no se cuentan con salones destinados a ella, ya sea de pintura o teatro y hay que adecuar la misma aula, arrastrar sillas, poner unas telas para que no pase la luz, etc.
A pesar de todo trato de dar lo mejor de mí para aportarlo a mis alumnos y darles un panorama más amplio de la vida, porque lo que ellos deseen lo pueden lograr.
Las actividades desarrolladas en esta especialidad me han servido para reflexionar sobre mi desempeño docente, desde que inicié hasta el día de hoy; y darme cuenta que es algo que debo hacer constantemente: analizar mis resultados e implementar nuevas estrategias, no rezagarme, no permitirme repetir año tras año la misma forma de trabajo. Los diversos aspectos del proceso educativo requieren ser analizarlos con detenimiento, en el transcurso de estos meses he estado en contacto con elementos que me han permitido enriquecer mi visión e irlos integrando a mi área de trabajo.
Estoy segura que al término de esta especialidad habré obtenido herramientas que me serán de gran utilidad para desempeñarme con mayor libertad como docente, inclusive apoyar a los compañeros que vengan después de mí, no solo para participar en la indispensable educación integral de los educandos, sino para construir un mejor país y una mejor humanidad, hasta donde sea que lleguemos.
